
Barcelona, el vibrante corazón de Cataluña, siempre ha sido conocida por sus intrincados diseños urbanos y su arraigada historia. Hoy, se encuentra a la vanguardia de las transformaciones urbanas globales con su innovador modelo de supermanzana. Este nuevo modelo de ciudad no solo prioriza el bienestar de sus ciudadanos, sino que también se prepara para combatir el cambio climático y convertir la ciudad en un epicentro de la innovación verde.
La evolución del modelo de supermanzanas
El concepto de Superilla o ‘Supermanzana’ apareció por primera vez en los años 90, introducido por Salvador Rueda, ingeniero ambiental y energético. Pero durante casi dos décadas fue marginada y vista como un alejamiento radical de la planificación urbana convencional. Sin embargo, a medida que la mirada del mundo se ha desplazado hacia soluciones sostenibles y la reducción de la huella de carbono, las supermanzanas de Barcelona encontraron su momento de gloria.
La Agencia de Ecología Urbana de Barcelona adoptó la carta de Urbanismo Ecosistémico, considerando la ciudad como un ecosistema interconectado. El concepto de supermanzana se convirtió en parte integral de esta visión.
Desembalaje del concepto de supermanzana
Una supermanzana abarca una formación de 3×3, de aproximadamente 400x400m de tamaño. ¿La parte radical? No se permite el tráfico dentro de estos bloques. ¿El objetivo? Recuperar más del 60% del área para los ciudadanos. Imagine amplias calles peatonales, exuberantes parques verdes, niños jugando libremente y negocios locales prósperos.
Y el resultado ha sido nada menos que espectacular. Los informes han demostrado reducciones significativas en la contaminación del aire dentro de estos bloques, con niveles de Dióxido de nitrógeno (NO2) cayendo en un asombroso 25%. La contaminación acústica también ha experimentado reducciones drásticas, lo que ha dado lugar a vidas más sanas y felices para los residentes de Barcelona.
Más allá del tráfico y la contaminación
La iniciativa de la supermanzana de Barcelona no se trata solo de reducir el tráfico y frenar la contaminación. Se trata de transformar la vida urbana. Dentro de estos bloques:
- Los ancianos y los niños se han convertido en los epicentros de calles y plazas.
- Han surgido centros y plazas verdes que ofrecen un refugio a los residentes en el corazón de la bulliciosa ciudad.
- Las actividades económicas están más localizadas, lo que fomenta los vínculos comunitarios e impulsa las empresas locales.
- El verde se está expandiendo a un ritmo sin precedentes, con más de 40 hectáreas de vegetación abriéndose paso en el tejido urbano de la ciudad.
Barcelona no solo se está preparando para un futuro sostenible; es vivirlo.
Reducción de la contaminación y el ruido en la supermanzana de Sant Antoni
La supermanzana de Sant Antoni ha sufrido una importante transformación. Con la finalización de la última fase de obras de la calle Comte Borrell, que se extiende entre la Gran Via de les Corts Catalanes y Floridablanca, el barrio celebró este logro con una fiesta comunitaria.
Datos notables:
- Se ha logrado una importante disminución del tráfico de vehículos dentro de la supermanzana, reduciéndolo en un 82%.
- La calidad del aire ha experimentado una mejora considerable, con una medición de un 33% menos de NO2 y una reducción del 4% de partículas en suspensión (PM10) en el cruce Borrell/Tamarit.
- Además de los beneficios ambientales, la supermanzana ha recuperado 23.709 m² de espacio público, dando prioridad a los peatones.
- Junto con estos cambios, ha habido una marcada reducción en los niveles de ruido en el área. Las mediciones indican una caída de 4,1 decibelios durante el día, 5,3 por la tarde y 5,4 por la noche.
- El tráfico de vehículos en la calle Borrell, en el mismo cruce, ha experimentado una reducción de cerca de 6.000 vehículos, lo que supone el mencionado descenso del 82%.
- Paralelamente a estos cambios, ha habido un aumento del 28% en el número de peatones que ahora disfrutan, juegan y realizan actividades dentro de la supermanzana.
- En la inauguración, la teniente de alcalde de Ecología, Janet Sanz, destacó la importancia de este proyecto afirmando que “la supermanzana de Sant Antoni es un símbolo para toda la ciudad”. En estos tiempos de emergencia climática, es crucial crear espacios donde los niños puedan jugar sin miedo y donde prospere el comercio local. La supermanzana representa no solo un logro en sostenibilidad y medio ambiente, sino también en comunidad y vida urbana.
De Barcelona al mundo
La historia de éxito de Barcelona con las supermanzanas no ha pasado desapercibida. En Buenos Aires se han introducido cinco supermanzanas. Más de 100 ciudades chinas lo han incorporado a sus políticas de planificación urbana. El mundo está observando, aprendiendo y, lo que es más importante, implementando.
Las supermanzanas de Barcelona: donde se fusionan personas y sostenibilidad
Las Supermanzanas de Barcelona son un testimonio de lo que las ciudades pueden lograr cuando ponen a sus residentes y el medio ambiente en el centro de sus diseños. Mientras las ciudades de todo el mundo se enfrentan a los desafíos del siglo XXI, desde el cambio climático hasta el bienestar urbano, Barcelona ofrece una visión de un futuro urbano sostenible, saludable y próspero.
Las supermanzanas de Barcelona: polémica, avances y un modelo de futuro
En conclusión, las supermanzanas de Barcelona sirven como un recordatorio inspirador de cómo se pueden reinventar los espacios urbanos para servir al bienestar de sus ciudadanos y al mismo tiempo abordar los desafíos urgentes de nuestros tiempos. Sin embargo, como ocurre con cualquier esfuerzo transformador, las supermanzanas no han estado exentas de controversia.
El proyecto de las supermanzanas se ha enfrentado desafíos y críticas. Los miembros de la asociación de comerciantes del Cor Eixample han expresado su preocupación por la posible pérdida de clientes. Mientras tanto, la asociación de vecinos teme el aumento del coste de la vivienda y la inflación general de los precios en la zona. Además, como informa Europa Press, una plataforma ciudadana ha denunciado formalmente la reordenación urbana, sospechando posibles violaciones de las leyes de planificación territorial.
Sin embargo, la iniciativa está respaldada por evidencia científica. Un estudio realizado por la Agencia de Salud Pública de Barcelona (ASPB) afirma que las supermanzanas no solo han mejorado los indicadores de contaminación, sino que también han dinamizado la actividad económica, como lo demuestra la apertura de nuevos negocios en estas zonas.
Sumándose al respaldo local, las organizaciones internacionales han reconocido los beneficios del concepto de supermanzana. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha elogiado la iniciativa para mejorar la calidad de vida en términos de movilidad, reducción de la contaminación atmosférica y acústica y bienestar mental general. Las Naciones Unidas también han destacado las supermanzanas en su informe sobre urbanismo verde, un tema que se discutió en la conferencia climática de Glasgow el año pasado y que se revisará en la próxima COP 27 en noviembre.
Así, mientras persisten los desafíos, las supermanzanas son un faro de esperanza para las ciudades de todo el mundo, demostrando que con visión, determinación e innovación, las ciudades del mañana pueden ser lugares de armonía, salud y felicidad.